Descarbonizar es desmilitarizar

Control y limitación de las emisiones militares
Te contamos por quéFirma la petición

Unos datos para empezar

%

es aproximadamente la huella de carbono militar mundial, similar al sector de la aviación comercial.

millones de dólares gasta anualmente Estados Unidos en la protección militar del transporte y suministro de combustible.

millones de toneladas adicionales es lo que supuso el aumento del gasto militar de la OTAN de los últimos dos años.

Modelo económico actual y militarismo

El interés del mundo occidental enriquecido por apropiarse de los recursos más preciados necesita de fuerzas armadas para reprimir la resistencia de las poblaciones que se oponen al expolio y empobrecimiento de sus hábitats.

Los países del mundo occidental ya han elaborado unas políticas de seguridad nacional que prevén la utilización de las fuerzas armadas para garantizar el acceso a dichos recursos.

Contribución del ámbito militar a la emergencia climática y medioambiental

Las fuerzas armadas son grandes consumidoras de energía y, por tanto, grandes contribuidoras a la emergencia climática, siendo la fabricación de armamento y las cadenas de abastecimiento las que representan la mayoría de las emisiones militares.

Se estima que la huella de carbono militar mundial es aproximadamente el 5,5% de las emisiones globales. A pesar de ello, las actividades militares no han de comunicar sus emisiones GEI a Naciones Unidas.

Contribución del ámbito militar a la emergencia climática y medioambiental

Las fuerzas armadas son grandes consumidoras de energía y, por tanto, grandes contribuidoras a la emergencia climática, siendo la fabricación de armamento y las cadenas de abastecimiento las que representan la mayoría de las emisiones militares.

Se estima que la huella de carbono militar mundial es aproximadamente el 5,5% de las emisiones globales.A pesar de ello, las actividades militares no han de comunicar sus emisiones GEI a Naciones Unidas.

Guerras y medio ambiente

Las guerras, además de causar muertes, destrucción y miseria, perjudican a los hábitats y la biodiversidad. Se liberan gases tóxicos, sustancias químicas y metales que contaminan el aire, el suelo y los acuíferos.
La destrucción originada por las guerras calienta el planeta. Y la reconstrucción contribuye también, por su parte, al calentamiento global.